Los elevados precios de los carburantes, las restricciones de circulación de los vehículos más contaminantes y los anuncios europeos del fin de los de diésel son algunos de los motivos por los que cada vez más gestores se plantean electrificar la flota de coches de su empresa.

23 septiembre, 2021

Pero, ¿cuándo empieza a ser más rentable un vehículo eléctrico para las empresas? Te damos la respuesta: desde el momento de la compra. Actualmente, apenas hay diferencias entre el precio de adquisición entre un coche de combustión y uno eléctrico. Además, ahora con el Programa de Impulso a la Movilidad Eléctrica y Sostenible (Plan MOVES III) se pueden conseguir ayudas de hasta 7.000 euros para la compra de vehículos eléctricos e instalaciones de infraestructuras de recarga.

Por otro lado, el aumento exponencial de la demanda de vehículos eléctricos lleva a la producción en serie, lo que se traduce en una disminución del precio de estos coches.

Tampoco es ya un argumento válido la autonomía del vehículo eléctrico ya que las baterías han mejorado considerablemente y ahora permiten cubrir distancias de hasta 300 y 600 kilómetros.

Pero más allá del coste de adquisición y de la autonomía de sus baterías, lo que nos interesa, seamos particulares o empresas, es el gasto en la carga eléctrica. Pues bien, nos podemos ahorrar hasta 1.112 ,50€ con 15.000 kilómetros al año. El ahorro incluso puede llegar a ser aún mayor si aprovechamos la red de cargadores públicos gratuitos.

Por último, hay que destacar el indiscutible argumento de la sostenibilidad medioambiental. La descarbonización del transporte es una realidad y las iniciativas empresariales para un transporte limpio son clave para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero en la movilidad.